George Washington y España

En 2019 celebramos varios hitos de gran importancia. 
El 500 aniversario del nacimiento del ciudadano Avilés Pedro Menéndez, fundador de la Florida. El 250 aniversario de la fundación de la primera misión en California por el mallorquín Fray Junípero Serra y 240 años, desde que en 1779 se hiciera oficial el  apoyo a las 13 colonias que gracias a la estrategia y el apoyo de España cambiaría el rumbo del mundo tal y como lo conocemos hoy. 

El 21 de Junio de 1779 el rey de España Carlos III declara la guerra a Gran Bretaña, poniéndose del lado de las tropas al mando del General Washington. Ahora que España entraba en el conflicto la historia empezaba a escribirse con la tinta del éxito, la del imprescindible y necesario apoyo español. El propio Washington había insistido que la victoria sin los españoles sería inviable. Es importante destacar que este apoyo no se inicia en 1779.

Cuando se inician los planes de Declaración de Independencia en Julio de 1776, el ejército de las 13 colonias  era lo más parecido a  un grupo de voluntarios que apenas tenían pólvora para dar unos pocos tiros, no tenían uniformes, ni medicinas ni tiendas de campaña, ni dinero para sufragar su guerra contra el imperio británico. Desde el inicio España acudió en su ayuda pero lo hizo con cautela para evitar provocar más levantamientos en el resto de colonias y para medir adecuadamente la estrategia de declaración de guerra a su eterno enemigo; Inglaterra. 

Es en este contexto  donde la relación con España, con sus líderes y con sus ejércitos alcanza cotas de altura tan relevante como desconocida. Una relación que   se extenderá también al ámbito más personal de la vida del que fuera el primer Presidente de los EE.UU, con múltiples muestras de admiración y gratitud hacia personas que nunca conoció  como son entre otros el Rey de España Carlos III y el malagueño y General del Ejército Bernardo de Gálvez, ambos figuras decisivas y fundamentales en los éxitos que desembocarían en la independencia del pueblo norteamericano.

La influencia de España y de sus gentes en la vida de Washington llegó mas allá del fundamental apoyo militar, prueba de ello es la relación de amistad que desarrollo con Diego de Gordoqui, el comerciante bilbaíno que en 1789 estuvo a su lado, con un sitio de honor,  en la toma de su cargo como presidente. No es de extrañar, el apoyo del bilbaíno a la causa de los patriotas fue crucial. Gardoqui,  en un esfuerzo coordinado con Francia hizo llegar en los barcos de su compañía familiar los suministros clandestinos entre su mercancía comercial,  gracias a la inmediatez del envío de estas provisiones la batalla de Saratoga (1777) fue un gran éxito. Este fue el primero de muchos otros durante la guerra.

En el archivo histórico nacional español se conserva una de las muchas  notas que así lo confirma. Esta tiene fecha de  septiembre de 1776

Muy Sr. Mio. De los dos millones de libras tornesas destinados por ambas Cortes para auxilios a las Colonias Inglesas de América, se les envían actualmente;

  • 216 cañones

  • 209 cureñas

  • 27 morteros

  • 29 afustes

  • 12.826 bombas

  • 51.134 balas

  • 300 millares de pólvora

  • 30.000 fusiles con sus bayonetas

  • 4.000 tiendas 

  • 30.000 vestidos completos (uniformes)


Otra figura fundamental fue el alicantino Juan de Miralles. Era uno de los comerciantes cubanos con mayor éxito empresarial, tenía buenos contactos trasatlánticos y dominaba el inglés y el francés. Dadas sus indudables capacidades y su probada lealtad a España, Miralles recibió instrucciones para establecer contactos informales con el Congreso Continental como comisario regio de Carlos III y encargarse de canalizar la ayuda española, misión que cumplió con tal acierto que su papel puede considerarse crucial para el éxito de la causa estadounidense. 

Llegó a Filadelfia en mayo de 1778, y fue bien recibido por varios líderes del Congreso, pronto se convirtió amigo personal de George Washington y en uno de sus principales prestamistas. Estableció varias rutas comerciales operadas por sus empresas para despachar los necesarios suministros al Ejército Continental, además de llevar a cabo con probada solvencia su labor de espía y transmitir continuos informes secretos a La Habana con noticias de la situación en las Trece Colonias. Por otro lado, Miralles defendió los intereses de España frente a los posibles apetitos expansionistas estadounidenses, negociando con el Congreso la soberanía española de las tierras arrebatadas a los británicos en la Alta y Baja Luisiana, o impidiendo que se prosiguiera con el plan de atacar La Florida sin participación española, a cuyo monarca correspondía la titularidad sobre dicho territorio. 

Su amistad con Washington fue intensa tal y como lo demuestra la  correspondencia que mantuvieron. Falleció en abril de 1780, en la casa en la que estaba alojado Washington, en Morriston. Cayó enfermo afectado por lo que pudo haber sido una neumonía,  Durante su enfermedad fue atendido por su equipo médico y por la propia Martha, esposa del futuro presidente de la nación, pero nada pudieron hacer para salvarle la vida. Su entierro fue todo un acontecimiento, el primer funeral con honores militares a un extranjero, al que acudieron todos los representantes del Congreso.

Todas estas historias y muchas más estarán recogidas en el nuevo proyecto de The Legacy.

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